LOE: Educación de espaldas a la realidad
El proyecto socialista de Ley Orgánica de Educación está en trámite en el Congreso de los Diputados. Formalmente el 19 de septiembre termina el plazo para presentar enmiendas, pero el debate social no ha hecho más que empezar, porque múltiples sensibilidades han sido ignoradas e incluso heridas por la propuesta de la ministro Sansegundo.
La actitud de la coalición que gobierna España con Zapatero ha carecido en este caso de cualquier atisbo de talante. Hermosas palabras como diálogo, respeto y pluralismo se han utilizado hasta desgastarlas, pero lo cierto es que no se han escuchado los problemas y las propuestas de sectores decisivos de la enseñanza española.
Se ha ignorado por completo, salvo en determinados intereses corporativos y en mínimos grupos ideologizados, la voz de los docentes. La pérdida de la autoridad de maestros y profesores, y la consiguiente pérdida del orden y la disciplina en las aulas y en los centros, nace en buena medida de la política de anteriores Gobiernos socialistas, que ha privado al docente de su prestigio y de su capacidad de decisión -en realidad inherente a su menospreciada condición de Cuerpo facultativo-. Además, se estimulan Claustros tumultuosos y asamblearios y directores cuya potestad decisoria queda en entredicho. A cambio, nimias ventajas sindicales y materiales, que tienden a crear una mentalidad burocrática en el peor sentido y que van unidas a la desaparición del sentido comunitario de los Centros y a la proliferación de bajas por depresión.
Se ha olvidado a los alumnos, la otra parte de la comunidad escolar. Ciertamente se facilita su titulación casi universal, pero a cambio de privar de contenido real a esos títulos. Miles de páginas en Boletines y programaciones están ocupadas por los valores transversales, los procedimientos, las actitudes y las ocurrencias de los responsables, pero se ha olvidado la esencia de la enseñanza -la transmisión del conocimiento de quien lo posee a quien no lo posee- y se ha destruido en muchos casos el marco mismo de convivencia preciso para esa transmisión. En nombre de la igualdad se ha intentado crear con la combinación LODE-LOGSE una imposible generación de hombres y mujeres uniformes; en nombre de la igualdad se ha perjudicado especialmente a los más desfavorecidos por la fortuna o por la naturaleza, que eran y son también los más necesitados de un sistema de enseñanza realista y eficiente.
Se ha prescindido de los padres, o al menos se han seleccionado de entre las voces de los padres las más afines al proyecto de LOE que ideológicamente los actuales gestores del sistema ya tenían predefinido. Y esta es tal vez la tara más grave de todo el proyecto de Zapatero. Porque la educación, por definición, por naturaleza o por la misma letra de la Constitución, es derecho y deber de los padres, de la familia, y sólo subsidiariamente el Estado garantizará lo que las familias no sean capaces de decidir y de proporcionar. La LOGSE fue ya decididamente intervencionista; la LOE, con su anunciada política de distribución de alumnos en los Centros y su adoctrinamiento según consignas ideológicas sesgadas (veremos en qué deriva la "Educación para la ciudadanía"), avanza aún más en la misma dirección.
La Ley pretende mantener en vigor la filosofía básica de la LOGSE de Solana y conserva en vigor la LODE de Maravall. Veinte años no han bastado para comprobar que imponer desde el Estado contra la sociedad un modelo "progresista" no ha hecho progresar nada más que la ignorancia de los alumnos y la falta de libertad de las familias. Se ha olvidado que la enseñanza es sólo una parte de la educación, y que ésta no es atributo de los poderes públicos más que si fallan sus gestores naturales. La LOGSE ayer y la LOE hoy tratan de definir un nuevo modelo de sociedad y de individuo. Son un experimento pedagógico a gran escala, pero visto el fracaso de lo ya probado es preciso impedir que esta legislatura arruine una generación más de españoles.
Pascual Tamburri