Navarra: situación política y previsiones de futuro
La Fundación Sociocultural Leyre, dentro de su Programa Anual de Actividades, celebró en su sede, el 17 de mayo de 2004, el V Seminario de Realidad. Esta serie de Seminarios trata de analizar aspectos concretos de la realidad social y cultural de Navarra, para que la Fundación ofrezca una reflexión actualizada desde sus propios valores. En este caso, fue invitado como ponente del Seminario, ante los expertos, socios y simpatizantes de la Fundación, el Excmo. Sr. D. José Iribas, Senador y Teniente de Alcalde de Pamplona.
1. La situación política actual no coincide con la que parecía previsible tan sólo tres meses atrás. Además de la coyuntura trágica, han emergido problemas estructurales que antes no se veían, o que se prefería negar.
2. Han retomado toda su importancia dos características de la vida política española que parecían haberla perdido. Por un lado, en nuestra democracia, las apariencias y las formas, ahora englobadas en los llamados talantes, han pesado más que las realidades. Por otro, el prejuicio contra la derecha, y el intento de monopolio de la corrección política en la izquierda, han resurgido con gran vigor.
3. Una gran parte del centro derecha siente la tentación de justificarse por ser como es y por defender sus principios, como si éstos fuesen menos dignos y legítimos que los del adversario. La derecha vuelve así a sus complejos históricos, y renuncia incluso a levantar ciertas banderas sólo porque desagradan a la izquierda. Se devuelve así a ésta la capacidad de definir la agenda política, y el centro derecha corre el riesgo de quedar, de nuevo, a la defensiva.
4. Sin embargo, una fuerza política que aspire a gobernar desde sus propios principios no puede limitarse a una actitud defensiva - reactiva. Ciertamente ha de ser accesible para la gente, agradable en las formas y capaz de escuchar, pero no hay razón para que ceda ante los mitos progresistas. Sólo con un proyecto positivo, que afirme valores, se puede aspirar a mayorías.
5. Es demagógico renunciar a los valores de un campo político y dar por buenos los del contrario pensando sólo en evitar críticas de éste. Pensar esencialmente en los resultados electorales, y no en la responsabilidad contraída con los militantes y los electores, no es ni siquiera rentable en las urnas a medio y largo plazo.
6. Los errores del centro derecha durante la época de Aznar no pueden ocultar sus aciertos básicos. Esos errores -la comunicación y la imagen, la actitud a veces más reactiva que propositiva, y la deficiente selección de colaboradores- pueden y deben corregirse tanto a nivel nacional como regional se ha de recuperar la capacidad de gobernar el país.
7. Ante las adversidades, una fuerza política que aspire a la mayoría social debe crecerse. Aunque la actitud y la capacidad de comunicar deban cuidarse, no hay razón para renunciar a contenidos claros y valores nítidos, unidos a formas moderadas. La moderación formal puede ayudar incluso a desprenderse de los complejos.
8. Navarra está en riesgo, y todo el bagaje de principios de UPN y el centro derecha están en cuestión. Ese peligro no ha nacido de la fidelidad a esos principios, sino por el contrario, en cierta medida, del olvido de éstos, del predominio de la gestión, del ascenso de personas más impregnadas del gusto por el poder que por la lealtad. La izquierda no va a hacer una política económica de izquierdas, pero va a atacar directamente los principios tradicionales, en lo nacional, en lo cultural, en lo religioso y en lo social.
9. Sobra en todo caso cualquier triunfalismo. El PSOE gobierna España y no va a abandonar fácilmente esa posición. Y la coalición de izquierdas y separatistas puede incluso aspirar al poder en Navarra. Sin embargo, todo tiene aún remedio. Para lograrlo, es preciso crear un ambiente social positivo, con rigor y eficacia, formalmente impecable pero tan políticamente incorrecto, desde el punto de vista de la izquierda, como nuestros valores requieran.